Hace unos días programé una charla con Gaby, mi psicóloga, y fue el mejor regalo que me he dado en los últimos meses.
Le conté cómo he vivido antes mis cumpleaños, qué significan para mí (con todo y el fallecimiento de mi madre el mismo día y como lo interpreto), además de cómo a veces me descubro pensando en “todo lo que debería” en lugar de celebrarme y reconocer las metas sí he logrado.
Gaby me escuchó atentamente y me preguntó: “De todo eso que “no has logrado”, ¿qué realmente es tuyo? ¿Son metas que realmente deseas?”
La pregunta fue como un balde de agua fría y un abrazo a la vez, así son las preguntas de los terapeutas ;)
Me di cuenta de que esas exigencias que me persiguen cada año, haciéndose más pesadas, no son mías, nunca lo fueron. Ya es hora de soltarlas, agradecerles porque quizá sirvieron en su momento y hacer una limpieza de metas.
Sí, voy a hacer una LIMPIEZA DE METAS. Decido soltar todas las que no conectan conmigo, las que tomé de otros porque sonaban bien pero nunca quise realmente, y las que ya no encajan con mi visión de éxito actual.
¿Qué significa esto?
Se que mi tablero de visión se verá algo vacío, pero lo que tenga será realmente mío, y me comprometo a reconocerme y celebrarme cuando lo logre.
Que la fila de espera de algunas metas se hará más larga, pues las cosas que quiero a esta edad toman más tiempo que las que quería a los 16 o 26. Y estoy listo para esperar, ser paciente, disfrutar del camino y de mí mientras llegan.
Que elijo darle dirección a mis deseos más profundos, en lugar de la satisfacción inmediata de los deseos más superficiales. Esto me hace más vulnerable y, claro pero que sería de la vida si no lo somos, da miedo querer algo tan fuerte y pensar qué pasará si no llega.
Pero, ¿y si sí llega? ¿Y si todo sale bien? ¿Y si alcanzo mis más grandes sueños?
He aprendido que puedo decidir creer o no creer, y que mi mente buscará evidencia de lo que decida para hacerlo realidad. Así que decido creer que sí, que mis sueños se harán realidad y, mejor aún, que tendré una hermosa lista de personas con la que podré compartir cada paso del camino, celebrándonos y reconociéndonos juntos.
Te invito a unirte a mí, a hacer una limpieza de tus metas, soltar las que ya no son tuyas y preguntarte: ¿qué es lo que realmente quieres? Si buscas a alguien con quien compartirlas, siempre puedes escribirme. Estoy a un clic de distancia.
A.