Hay una verdad respecto a las adicciones y es que es muy contundente: no tienen edad, sexo ni clase social. Sin importar la posición en la sociedad, puede afectar prácticamente a cualquiera, aunque hay maneras de prevenirlas y también formas de ayudar a nuestros seres queridos que ya se encuentran involucrados con alguna adicción.
Aún así, siempre es bueno tener presentes algunas señales que nos podrían poner en alerta para tratar de prevenir o ayudar a aquellas personas involucradas en algún tipo de adicción, ya que una adicción no solo va para sustancias ilegales, también pueden existir problemas de ludopatías, codependencias e incluso actualmente se ha llegado ver una cierta adicción a la tecnología.
Es por esto que los profesionales de Emotions Live Center, preocupados por esta situación nos cuentan sobre los signos de alerta que podrían avisarnos de algún problema de este tipo.
1.- Tendencia a la soledad. Aquellos que están luchando con una adicción prefieren tener momentos aislados, ya sea para poder consumir la sustancia de la que son dependientes, o para poder “vivir la experiencia a gusto” que ésta les provoca.
2.- Cambios constantes de conducta. Lidiar con una dependencia es duro y, en los ratos de abstinencia, se pueden llegar a presentar cambios de humor debidos a la necesidad que el cuerpo del afectado ya ha empezado a sentir. Mucho ojo con las idas y venidas drásticas en su comportamiento.
3.- Dificultad para asumir responsabilidades. La carga emocional -y física- de una persona dependiente a sustancias puede ser tanto, que se convierte en el centro de su vida, o al menos en uno muy importante. Cuando esto pasa, dificulta que la persona asuma responsabilidades incluso cotidianas, pues todo el tiempo está pensando en la sustancia que necesita.
4.- Disminución del rendimiento escolar. Esto es muy parecido al punto anterior. En estudiantes, suele presentarse un bajo rendimiento debido al tiempo que su adicción les exige dedicarle. Si una persona que normalmente va bien en la escuela se convierte de pronto en alguien deslindado de sus responsabilidades escolares, lejos de reprenderlo, hay que prestarle atención y escucharle.
5.- Cambio repentino de amistades. Éste es un factor muy importante: las adicciones representan también un cambio en la rutina de la gente, que viene acompañado, muchas veces, de una diferencia en cuanto a las personas que frecuentan. Un adicto probablemente empezará a ser más allegado con otros individuos que presenten el mismo problema.
6.- Falta de interés en actividades que antes le gustaban. Todo va de la mano. La dependencia que genera una adicción es tan abrupta, que de pronto puede volcar todos los intereses de una persona hacia ella. Alguien muy apasionado con el deporte, las artes o la lectura puede presentar un cambio brusco y dejar sus pasiones de lado si su mente ahora está anclada a una dependencia.
7.- Duerme mucho o casi no duerme. Las personas afectadas por una adicción suelen presentar cambios en su patrón de sueño provocados por la misma sustancia. Dependiendo de lo que consuman, pueden producir un sueño pesado y exigir del individuo más horas de sueño de las que acostumbra o, por el contrario, privarle de su ciclo normal de descanso.
8.- Siempre necesita dinero o tiene mucho dinero. Las adicciones cuestan, por supuesto. Por ello, quienes tienen dependencia a una sustancia suelen requerir de más dinero del que antes necesitaban.
9.- Disminuye su apetito. Algunas sustancias alteran el metabolismo, o al menos la sensación de estar satisfecho, hablando del alimento. Hay que prestar atención a los cambios de patrones alimenticios de las personas, pues podrían revelarnos mucho.
10.- Dice mentiras. Difícilmente una persona que lidia con este tipo de problemas va a admitir que los tiene. Es lógico que la gente que se preocupa por una persona afectada esté en desacuerdo o desapruebe totalmente su adicción; es por ello que buscará mentir o desviar los hechos hacia otras cosas, para evitar tener enfrentamientos o límites que dificulten su consumo.
11.- Hay pequeños hurtos en casa. Cuando una persona ya no puede costear una verdadera adicción, buscará cualquier manera de obtener los recursos monetarios que necesita para pagar por las sustancias que consume. Hay que observar bien en el entorno para estar al pendiente de algunos objetos de valor, pues podría estar vendiéndolos para obtener el dinero que requiere.