Si las actitudes que tenemos ya nos están funcionando para nuestro bienestar, el hábito más grande que debemos soltar es el de ser nosotros mismos.
La personalidad y el carácter de cada uno se han formado durante años y experiencias; por eso, nos sucede en repetidas ocasiones que no podemos evitar los mismos comportamientos negativos, eso significa que tenemos circuitos mentales hechos para enfrentar cualquier situación, por lo tanto, vamos a pensar sentir y actuar de la misma manera el resto de nuestra vida.
Para poder reivindicarnos no basta con romper los patrones, también hay que reprogramar nuestra mente para que aparezcan nuevos comportamientos positivos. Una buena idea es examinar constantemente que podemos cambiar en nuestro interior, si cada mañana nos planteamos cuál es la mejor versión de nosotros mismos podríamos crear y alcanzar metas sorprendentes.
La mayoría de las personas cree que las emociones son reales, cuando las emociones son el producto final de nuestras experiencias. Si no hay experiencias nuevas o vividas de otra manera, viviremos siempre en la actualización de sentimientos pasados. Una pregunta que ayudaría a transformarnos es: ¿qué sentimiento tengo cada día qué me sirve de excusa para no cambiar?