80 mil mujeres marcharon este Día Internacional de la Mujer, según la cifra oficial de la CDMX, los cálculos llegan a más de 100 mil
La cita fue a las 14:00 en el Monumento a la Revolución, hasta ahí llegaron los grupos de mujeres con su causa tatuada en sus playeras, paliacates, mantas, pancartas, cartulinas, hojas: No a la violencia.
Las consignas: “ #NiUnaMas y #NiUnaMenos #VivasLasQueremos”. Frases que calan cuando se corean al unísono mientras se camina por la avenida Juárez.
Flores blancas, moradas, fotos y veladoras, los objetos simbólicos para recordar a las víctimas de la violencia, las que ya no están, a las niñas, adolescentes y mujeres ausentes: muertas o desaparecidas.
Un cordón morado o blanco rodeaba los contingentes, a manera de protección para que no pasaran los infiltrados. Las mujeres saben cuidarse.
Negro, morado, verde y blanco, los colores de la protesta, del basta ya, del hartazgo por la impunidad.
Chicas del CIDE, de la IBERO, de la UNAM, del IPN, del ITAM, de las prepas y bachilleres caminando, saltando y gritando consignas por 5 de Mayo. La calle de Madero fue cerrada con bardas de metal.
“Señor, señora no sea indiferente, se mata a las mujeres, delante de la gente”, la consigna más repetida durante el trayecto, del Monumento a la Revolución al Zócalo capitalino.
Los primeros contingentes llegaron al templete que se montó a espaldas de Palacio Nacional entre las 15:30 y las 16;00 horas, la retaguardia caminaba apenas por Bucareli y Reforma.
Las violentas también se hicieron presentes. Eran las menos, apenas 25, pero sí causaron destrozos, vandalizaron monumentos, estatuas y fachadas históricas, también rompieron vidrios, quemaron objetos y lanzaron petardos.
Arrojaron pintura en Palacio Nacional, prendieron fuego cerca de la Catedral Metropolitana y aventaron objetos a las mujeres policías; pero no encontraron eco en las otras mujeres y no lograron su objetivo: dispersarlas.
A las 19:00 el Zócalo estaba casi lleno, a pesar de que muchas mujeres se retiraron antes por la presencia de las violentas que cubren su rostro.
Muchas se quedaron ahí sentadas en círculo para encender veladoras y poner las fotos de las víctimas del feminicidio —10 mujeres mueren diariamente en nuestro país—, las recordaban mientras escribían en el piso “Ni una muerta más” con gises blancos, morados y rosas.
Las autoridades de la CDMX dieron la cifra de 80 mil asistentes, pero éramos muchas más, más de 150 mil quizá 200 mil, las imágenes lo dicen todo.
Los primeros contingentes en llegar al Zócalo hicieron de dos a tres horas, por el embudo que formaron las autoridades del gobierno con bardas metálicas en la calle de Madero y en la entrada del Zócalo.
Éramos muchas…
Se unieron miles de mujeres: víctimas de la violencia, madres que buscan a sus hijas, hijas que buscan a sus madres; ahí estaban las ciudadanas, las amas de casa, las profesionistas, las actrices, la bailarina Elisa Carrillo, las periodistas, familias completas.
Hoy marcharon todas juntas, hermanadas. Ya se sembraron las semillas de la justicia.