Es considerada una de las cuentistas más notables de la segunda mitad del siglo XX.
Nació en Pinos, Zacatecas, el 21 de febrero de 1928. Fue en 1950 cuando Amparo Dávila publicó Salmos bajo la luna, su primer poemario.
La cuentista mexicana fue galardonada en marzo pasado con el Premio Ibargüengoitia de la Universidad de Guanajuato. También recibió el Premio Xavier Villaurrutia en 1977, gracias a obras como ‘Meditaciones a la orilla del sueño’ y ‘Árboles petrificados’.
También le concedieron reconocimientos en 2008 por su obra literaria y en 2015 le otorgaron la Medalla Bellas Artes por sus aportaciones al arte y la cultura de México, otorgadas por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL). Al recibir ese galardón afirmó que la esencia de su obra tiene un rigor estético no solamente basado en la perfección formal de la técnica y en la palabra, sino en la vivencia.
Amparo Dávila fue una de las cuentistas más extrañas, originales e interesantes de la literatura mexicana del siglo XX. En 2010, Bernardo Esquinca escribió sobre cómo en sus relatos la realidad y fantasía son una misma y asfixiante pesadilla.