¿La píldora anticonceptiva aumenta el riesgo de depresión?
Cuando una persona usa anticonceptivos hormonales, estos pueden cambiar el nivel natural de hormonas en su cuerpo y posiblemente causar cambios a su salud mental.
Las mujeres que toman pastillas anticonceptivas o usan otros métodos hormonales, como los parches y el anillo vaginal, podrían tener un riesgo más alto de sufrir de depresión. Las adolescentes podrían ser las más vulnerables, según los resultados de un estudio de gran tamaño.
La relación entre hormonas y depresión en las mujeres no es un tema nuevo. Los investigadores dijeron que los hallazgos confirman el vínculo entre los métodos anticonceptivos hormonales y los síntomas de depresión. Pero la asociación no demuestra que haya una relación causa y efecto.
En la actualidad, los métodos anticonceptivos hormonales son utilizados con mucha frecuencia por aquellas mujeres que desean evitar un embarazo, sin embargo, existen otros usos, especialmente para los anticonceptivos orales (ACO) como el tratamiento de la poliquistosis ovárica, hirsutismo, síndrome premenstrual, entre otros.
Cabe destacar que la depresión es 2 veces más frecuente en mujeres que en hombres. Se han reportado múltiples efectos adversos relacionados con estos medicamentos y una de las principales razones por las cuales las mujeres abandonan su uso son los trastornos del estado de ánimo, siendo la depresión el principal, donde se cree que los estrógenos y la progesterona juegan un papel importante en el desarrollo de dicha patología.
La depresión es por otra parte una de las enfermedades más prevalentes, especialmente en la población femenina, por lo que resulta de gran interés la relación que existe ante un método tan utilizado como la contracepción hormonal y esta alteración en el estado de ánimo. Desde antes de 1980, se describieron efectos adversos psicológicos al uso de anticonceptivos, pero se tiene que tomar en cuenta que, para esa época, las dosis de hormonas eran muy altas.
Un estudio publicado en la Journals of American Medical Association (JAMA) en el año 2016, sobre el tema en discusión, logró despertar interés de dicha relación en múltiples investigadores y a partir de ahí se desarrollaron varias publicaciones al respecto.
A pesar de la evidencia obtenida a lo largo de muchos años, actualmente, no se ha logrado determinar con fortaleza la relación causal fisiopatológica entre el uso de cualquier tipo de terapia anticonceptiva vs la depresión en las mujeres, pero gracias a la más novedosa información reclutada, se ha logrado afirmar que existe una fuerte asociación de los anticonceptivos hormonales con el posterior desarrollo de la depresión, sobre todo cuando son utilizados desde etapas tempranas como lo es la adolescencia, donde el ambiente hormonal de las mujeres se encuentra en constante cambio.
Los datos más actuales, establecen que hay anticonceptivos no orales como lo son los parches, anillos vaginales o aquellos que poseen levonorgestrel, que tienen una mayor capacidad de provocar depresión o incluso comportamientos suicidas en mujeres tanto jóvenes como aquellas de mayor edad.
Dentro de las limitantes se podría establecer que se deben de clasificar mejor las muestras etarias y los factores que puedan alterar los resultados, por ejemplo, la menarquia, la edad de inicio de las relaciones sexuales, mujeres sexualmente activas, antecedentes familiares o personales de trastornos mentales, antecedentes de autoeliminación y excluir a todas aquellas pacientes que tengan patologías de tipo hormonal como el síndrome de poliquistosis ovárica, o bien agruparlas individualmente en un estudio que se encargue de valorar a todas estas mujeres según sus condiciones, patologías hormonales presentes y su factor de riesgo de desarrollar depresión y/o un comportamiento suicida para así evitar los sesgos no deseados.