SALA DE ESPERA
El 1º de julio del 2018, Guanajuato fue el único estado donde Andrés Manuel López Obrador no ganó la elección presidencial.
Para un personaje con la personalidad del Presidente de México, Guanajuato es, con toda seguridad, una afrenta política, mucho más que una espina clavada en pleno corazón.
Guanajuato es gobernado por el Partido Acción Nacional (PAN) desde 1991, es decir desde hace 28 años consecutivos.
Sólo en Baja California el PAN acumula más años en el poder estatal, casi 30 que muy pronto serán superados.
Hoy, en Guanajuato el PAN tiene en su poder el gobierno del Estado, su congreso local, la inmensa mayoría de la diputaciones federales y las senadurías de la República y 25 de 46 municipios, y hay que decir que algunas de las alcaldías no ganadas por el PAN fueron a parar en manos de panistas o expanistas a los que su partido no postuló y optaron por otros partidos.
Luego del triunfo del pasado domingo 2 de junio de Morena en las elecciones para gobernador en Puebla y Baja California, sobre todo en este estado, la joya de la corona –como algunos dicen– para el nuevo partido político oficial es Guanajuato.
Al revelarse los primeros resultados de los comicios en Baja California y Puebla, el acucioso periodista que es Pablo César Carrillo ha escrito un comentario en su columna Relatos del Poder, en el sitio web deochonews, en el que opina y sostiene que:
“Morena viene por Guanajuato. Si los panistas no hacen lo correcto, si no gobiernan bien, Morena viene por un triunfo primero en el 2021 (congreso local y municipios, acota el escribidor) y después en el 2024 (gubernatura, congreso local y federal y municipios), como lo hicieron ayer en Baja California y en Puebla.
“Morena ha conectado con el pueblo. Es una realidad. Morena ha dado en el punto: la lucha contra la corrupción es lo que estaban esperando los mexicanos. Y eso es más importante incluso que el crecimiento económico y las decisiones correctas.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha cometido varios errores, pero los votantes siguen creyendo en AMLO. Queda claro que el pueblo quiere el combate a la corrupción, aunque todo lo demás no sea perfecto ni ordenado”.
Y sí, el escribidor coincide: Morena viene por Guanajuato. Y sí, López Obrador ha conectado con el pueblo, pero no por su lucha contra la corrupción, sino con la compra de votos mediante la utilización de programas sociales. La nueva corrupción; no peor que la priista, sólo un poco más descarada.
Va de relato, que no de cuento: hace un mes, en los primeros días de mayo, acá en Guanajuato el escribidor salió a realizar trámites y compras cotidianos, caminado por supuesto.
De ida le llamaron la atención cuatro jóvenes (dos hombres y dos mujeres) que recorrían la calle correspondiente y tocaban en cuanta puerta se encontraban. Una encuesta, se dijo el escribidor, quien hizo sus trámites y compras y en una hora u hora y media después regresó por el mismo camino.
Los cuatro jóvenes seguían en su ardua (y ardiente porque el calor andaba por los 31 grados a la intemperie) labor. En ese momento, dos (hombre y mujer) estaban frente a la puerta de una casa y los otros dos les tomaban fotografías con celular. ¡Ah caray! La curiosidad reporteril venció al escribidor.
Los jóvenes que estaban frente la puerta conversaban con un chico, casi niño de unos 13 o 14 años de edad, parapetado en el portal de su puerta.
–¿A poco no vas a la escuela?
–Sí.
–Ahí está. ¿Cómo te llamas? ¿Cuántos años tienes? ¿Tienes credencial de la escuela?
–No, pos no están mis papás. Ellos saben.
–Y, ¿tienes abuelitos? ¿Vives con ellos?
–Sí.
–¿Cómo se llaman?
–No, pos no están mis papás. Ellos son los que saben–, respondía el casi niño temeroso o instruido para no dar datos personales.
–Te vamos dar mil pesos al mes. También a tus abuelitos. Son gratis. Danos tu nombre y la credencial del INE de tus abuelitos. ¿No te interesa?
–No, pos no están mis papás. Ellos son los que saben.
Los jóvenes “encuestadores” que tomaban fotos se sintieron sorprendidos por la presencia del escribidor, a quien de inmediato le dieron la espada. Su chaleco beige, tipo fotógrafo de prensa, mostraba atrás la leyenda “Servidor de la Nación” y la siluetas de los actuales héroes del régimen; por el frente en el lado derecho del pecho la leyenda “Secretaria del Bienestar” y también un gafete-credencial de la misma dependencia. En el lado izquierdo del pecho un nombre: Andrés Manuel López Obrador. Uno de ellos traía una especie de sombrero de lona que en su parte posterior tenía el logotipo de Morena. Y no sería la única vez que el escribidor encontrase a estos “encuestadores”, servidores de la nación o levantadores de censos o, como debería llamárseles, compradores de votos.
Es cierto, Morena “conecta” bien con el pueblo.
Sí, Pablo César Carrillo tiene toda la razón: “Morena viene por Guanajuato”, aunque no precisamente por su presunta lucha contra la corrupción, sino por la ampliación de la corrupción. Escribió Carrillo: “Vamos a ver hasta cuándo resiste Guanajuato”. Vamos a ver. Pero, los pronósticos no son muy favorables. Un voto bien vale mil pesos mensuales o más cuando sea necesario. Lo que bien se aprendió del sistema corporativista del viejo y peor PRI, no se olvida; al contrario: se mejora. Veremos si alguien o muchos gritan como los mariachis que acompañaban a José Alfredo Jiménez: “No te rajes, Guanajuato”. Veremos.