El mundo se está volviendo más pesado, según la Organización Mundial de la Salud, cerca del 40% de los adultos de 18 años o más tenían sobrepeso y 13% eran obesas en 2016, tasas que se han triplicado desde 1975.
Por: Dra. Mónica Ham, Directora Adjunta del área de Siniestros y Beneficios para Empleados en Aon México.
Las organizaciones luchan contra los crecientes costos de la atención médica, desde el aumento de las primas, el ausentismo y las enfermedades colaterales al sobrepeso de los empleados, esta situación se está convirtiendo rápidamente en un problema de alta dirección.
Según la Encuesta de Tendencias Médicas 2017 de Aon, los tres principales factores de riesgo que se espera impulsen los reclamos futuros de atención médica son: la presión arterial elevada, los niveles elevados de colesterol y la inactividad física (todo relacionado con el sobrepeso).
Cada vez más, los planes de administración de atención médica se están expandiendo para incluir programas de bienestar. Estos programas pueden tener una cantidad de componentes, la encuesta de Aon reveló que los enfoques más populares fueron: premios y reconocimientos; horas de trabajo flexibles; disponibilidad de comida saludable; mesas de trabajo de pie y desafíos basados en equipos.
No obstante, diseñar e implementar programas de bienestar efectivos puede ser complejo. Los patrones deben responder a las necesidades de los empleados y para impactar el peso de la fuerza de trabajo, las compañías deben desarrollar planes robustos y multifacéticos que impulsen a las personas hacia mejores resultados de salud y peso, por ejemplo, una liga interna de fútbol, puede satisfacer las necesidades sociales y físicas de los colaboradores.
Además del diseño del programa, las formas simples de crear un lugar de trabajo más amigable para la actividad, incluyen la instalación de escritorios de pie y realización de reuniones de pie; incluso algo tan simple como mover las impresoras lejos de las personas, ayuda a fomentar más movimiento. Sin embargo, también deben tener cuidado para evitar errores que puedan desalentar o incluso dañar a los empleados.
Recomendaciones para los empleadores para controlar el peso en el trabajo
Crear lugares de trabajo que fomenten las opciones saludables y la actividad física.
Debido a que los empleados pasan la mayor parte del tiempo en el trabajo, las empresas deben promover un entorno que fomente conductas saludables y cuente con políticas y procedimientos que promuevan la buena salud. Esto puede incluir ofrecer opciones de alimentos saludables en las cafeterías de la empresa o simplemente alentar a los trabajadores a levantarse y caminar a intervalos regulares.
Pensar como un comercializador.
El ejercicio y las dietas pueden ser una venta difícil para los empleados. Los líderes empresariales deben comunicar las iniciativas de salud y bienestar de forma que fomenten acciones positivas. Esto puede incluir la colocación de mensajes sobre el bienestar en áreas estratégicas para fomentar el ejercicio, por ejemplo: hacer uso de estrategias o dinámicas para desafiar al personal a un día sin azúcar o una actividad de búsqueda del tesoro. En torno a este tipo de actividades, las empresas también pueden ayudar a los empleados a establecer objetivos alcanzables a corto plazo y establecer métricas para ayudarlos a controlar su progreso.
Promover la participación de los proveedores.
Si bien el compromiso de ser más saludable depende del individuo, los planes de bienestar patrocinados por el empleador pueden alentar a los proveedores de atención médica a involucrarse. Esto puede incluir el fomento de la colaboración entre médicos, dietistas y especialistas en conducta y la programación de exámenes preventivos anuales.
No hacer suposiciones generales sobre la salud.
Aunque el peso puede causar o agravar otros problemas de salud, algunas personas podrían estar “más sanas” con un peso mayor. En general, alentar a las personas a perder peso sin considerar su perfil de riesgo personal, podría conducir a otros problemas. Comprender las necesidades a nivel individual es vital para que un programa de salud sea exitoso.
Los programas deben de ser voluntarios.
Las compañías deben ofrecer apoyo a los empleados cuando quieren tomar decisiones saludables, pero no deben forzarlos a participar en programas en los que no están contentos. Desmoralizar al personal mediante campañas de salud impuestas puede afectar la productividad negativamente. Al igual que con el abandono del hábito de fumar u otros programas de modificación del comportamiento, simplemente decirle a un individuo que deje de hacer algo, no siempre es lo ideal, es mejor utilizar intervenciones basadas en la evidencia.