Es la favorita para que el 28 de febrero reciba una estatuilla
Por Marco Gonsen*
Si todos los pronósticos se cumplen, Brie Larson tendrá apenas unos minutos de gloria el domingo 28 de febrero cuando reciba el Oscar como mejor actriz por el drama La Habitación (The Room), que este fin de semana llega a las pantalla de los cines mexicanos.
Y digo unos minutos porque su éxito será inevitablemente opacado por la estatuilla que reciba (o deje de recibir) su colega Leonardo DiCaprio.
Favorita absoluta para llevarse el reconocimiento de Academia de Hollywood –así lo predice la totalidad de los críticos consultados por la página especializada GoldDerby–, Brie Larson ya ha estado acostumbrada a que su nombre suene en segundo plano.
Ella misma en entrevistas ha bromeado de que no es tan bella como para ser la heroína de moda ni tan tímida como para encarnar el papel de “la mejor amiga”. Un cliché que rompió recientemente cuando interpretó a la hermana casada de la soltera empedernida Amy Schumer en Esta chica es un desastre (Trainwreck, 2015).
A reserva de que alguna sorpresa se interponga, Larson ratificará con el Oscar por qué fue la favorita de la temporada al obtener también el Globo de Oro y el premio del Sindicato de Actores, entre otros reconocimiento. Y a la espera de que consolide su estrellato con su aparición estelar en una nueva película basada en los orígenes de King Kong, vale la pena recordarla por el que ha sido su más recordado papel.
Quizá pocos la reconozcan hoy –es la virtud de los buenos actores, ser cameleónicos– pero Brie Larson demostró que en realidad sí es muy bella cuando interpretó a Envy Adams, la temible ex novia de Michael Cera en Scott Pilgrim vs The World (2010). Es tan buena, que convenció a millones de adolescentes de que estaba cantando cuando hizo play back de la rola Black Sheep de Metric.
Celebremos que por fin Brie Larson salga del encierro y se eleve al estrellato.
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*Marco Gonsen. Editor, autor de la columna “Memoria Flash” en Excélsior, en donde escribe sobre cultura digital. De vez en cuando saca su lado femenino.