Condicionar tu alimentación a la cantidad de ejercicio que realizas y caer en los excesos durante las celebraciones son errores que ponen en jaque tu salud y el éxito de tus objetivos deportivos. Ambos compromisos se vuelven hábitos y debes procurar comer equilibrado, sin caer en los excesos y sin dejar atrás tus alimentos favoritos.
“Ahora sí, después de los tamales, inicio la dieta”, es una frase muy usual que identifica a quienes buscan iniciar un modo de vida más saludable. Tener una buena alimentación y hacer ejercicio depende de las necesidades físicas y de los objetivos personales, por lo que lejos de ser una obligación hablamos de un hábito que vale la pena poner en práctica para verse y sentirse mejor.
Sabemos que iniciar una vida de ejercicio y alimentación balanceada parece tortuoso, hay ocasiones que la ansiedad, el estrés o los malos hábitos logran que nos vayamos por la salida fácil y consumamos alimentos muy ricos pero que no son los más nutritivos, e incluso que pueden ser muy altos en grasas, esto puede ser una bola de nieve que nos hace pensar que tendremos que hacer el doble o triple de ejercicio y eso nos pone en mala posición para cumplir nuestros objetivos.
El equipo de DEPORPRIVÉ, plataforma de comercio electrónico deportivo, te comparten estos consejos:
1. Ten claros tus objetivos y planifica tus comidas
Cuando las personas tienen como objetivo perder grasa o peso, deben bajar el consumo de sus calorías, pero cuando busquen ganar masa muscular se requiere consumir calorías por encima de la gesta ¿Tu cuerpo qué necesita? Tal vez decidas cuidarte por padecimientos de colitis, hormonales, obesidad, entre otros. El primer paso es tener claridad en los objetivos, después planifica lo que vas a comer durante toda la semana, de esta manera, comprarás los ingredientes que necesites para cada platillo, evitarás comprar antojos y comida rápida por falta de tiempo. Si tu día a día es muy ajetreado, procura preparar la mayoría de tus recetas el fin de semana o al menos la base para ellos, como caldo, verduras, o proporcionar las proteínas para tenerlas a la mano cuando las necesites y poder congelar el resto.
La planificación también te permitirá evitar comer de más, asegurarte que cada platillo esté balanceado en cantidad de proteína, verduras, carbohidratos y reducir el consumo de sal y grasas añadidas. Para este punto, puedes buscar la asesoría de un experto en nutrición.
2. Aprende sobre los alimentos y el ejercicio
Disfruta la transición y el camino de aprender a comer, a ejercitarte y a vivir equilibradamente, es positivo que conozcas mejor sobre lo que llevas a tu boca, pero también sobre los ejercicios con los que te sientes más cómodo, con los que ejercitas más ciertos músculos o con aquellos que te crean un reto y te motiva a continuar tu disciplina.
No te sientas mal si comienzas con 15 minutos de ejercicio, tu cuerpo debe acostumbrarse y conocer ese cambio, probablemente si caes en los antojos puedes buscar formas de buscar una versión saludable, reduce la cantidad o cómelo, pero vuelve en la siguiente comida a consumir alimentos que contemple el experto en tu plan de alimentación.
3. Evita atracones
Uno de los peores hábitos alimenticios son los atracones de comida, sobre todo cuando no puedes comer durante varias horas o sufres de ansiedad y estrés. Toma en cuenta que comer de manera balanceada incluye porciones adecuadas para tu edad, peso y consumo energético y objetivo. El régimen que debes seguir es el que se acomode a tus horarios y respetar cada uno, para evitar que el hambre te ataque y te haga caer en tentaciones poco sanas.
Mide tus raciones, puedes comer algo de lo que esté fuera de tu alimentación, pero procura no hacerlo en las porciones que antes lo consumías, aún cuando sea tu platillo favorito. Si tu porción está bien constituida, no tienes por qué seguir teniendo hambre y decirle no a un segundo o tercer plato evitará que tu estómago se recargue y ralentice tu metabolismo.
4. No forces tu cuerpo con más ejercicio
Regularmente al iniciar un plan de alimentación, los expertos sugieren complementarlo con ejercicio, el cual está alineado al plan de alimentación, necesidades fisiológicas, entre otros puntos específicos que el especialista considera, Por ejemplo, como principiante el objetivo no será realizar 40 abdominales, será hacer 10 abdominales de forma correcta, es decir, no lastimar tu cuerpo y trabajar la zona ideal para que tu metabolismo entienda el cambio.
Por lo que querer duplicar tu rutina de ejercicio o aumentar tiempo en cardio no siempre será productivo para la quema de grasa, al contrario, puede ser un factor clave para lastimar tu cuerpo. No condiciones tu tiempo de ejercicio a tu alimentación.
5. Ten disciplina
El ingrediente de oro en un estilo de vida saludable es la disciplina, tanto para hacer actividad física recurrente como para mantener sanos hábitos alimenticios. Definitivamente tendrás varios momentos en que las tentaciones llegarán y el cansancio o la sensación de hambre te harán flaquear, pero la convicción de alcanzar tus objetivos debe ser el motor que te mantenga fiel a tu meta.
Lamentarse por los excesos en los que caímos durante las fiestas y lo mucho que comimos no es suficiente, el siguiente paso debe ser fijarse un objetivo para recuperar los buenos hábitos y darnos cuenta de que no es imposible mantenerlos. No te esperes a que inicie un nuevo año o “a que pasen los tamales”, sé constante en todo momento para que puedas disfrutar de lo que más te gusta, sin remordimientos.
Recuerda: caer una vez no es el problema, el problema sería que abandones tu propósito de trabajar por una mejor versión de ti mismo ¡Come sin culpa!
Aprende y vive de forma equilibrada, saludable y principalmente sostenible, pequeños resultados acumulados, y la creación de buenos hábitos deberían de ser tu objetivo.