Los mininos son independientes, divertidos e ideales si tienes un adolescente rebelde en casa
Al igual que los perros, los gatos también pueden ser la mascota perfecta. Sólo es cuestión de guiarlos un poco para que ellos mismo se adapten a tu ritmo de vida y, por su puesto, a las reglas de la casa.
Ainare Ruiz Larraicochea, médico veterinario zootecnista para Mars Petcare, nos dijo cuatro razones por las que los gatos son perfectos compañeros de hogar. Aquí te las dejamos:
- Se acomodan perfecto en los espacios pequeños, así que puedes tenerlo en un departamento sin problema.
- Son animales nocturnos, de tal manera que si estás todo el día fuera de casa él dormirá tranquilo y por las noches te recibirá con mucha energía.
- A los gatos de casa les encanta no les encanta salir y, por tanto, no tendrás que preocuparte por sacarlo a pasear todas las mañanas. Él solo irá cuando guste.
- A diferencia de los perros, los mininos no necesitan mucha atención. Mientras tengas juguetes en casa que lo mantengan activo, alerta y curioso, él sabrá divertirse a lo grande solo.
La salud de un gato no es únicamente cuestión de nutrición, sino también de prevención de enfermedades, así que llévalo con el veterinario dos veces al año para que lo revise. Te dejamos otras recomendaciones:
- Desparacítalo dos veces al año.
- Vacúnalo: las recomendables son contra la rabia, el calcivirus felino, la rinotraqueitis felina, el coronavirus y la leucemia viral.
- Evita que tenga contacto con gatos callejeros porque puede contraer SIDA felino, que se transmite a través del coito o de mordidas.
- Revisa su salud oral una vez al año.
- Después de los 10 años de edad, debes monitorear constantemente su función renal.
- Dales juguetes que hagan ruido o tengan mucho movimiento para mantenerlos activo y curioso.
INDEPENDENCIA
Uno de los mayores mitos alrededor de los gatos es que éstos sin los “amos” de los humanos. ¡Mentira! Aunque sí hay gatos ferales y con actitudes agresivas, todo su comportamiento se define con base en lo que vivió durante su etapa sensible de socialización, es decir, entre la cuarta y la doceava semana de vida.