No es que no debas consumirla, es que debes controlarte y no abusar de ella.
De acuerdo con Karen Czacki, nutrióloga certificada y vocera de Nature’s Heart, uno de los principales errores al modificar los hábitos alimenticios es intentar hacerlo de un día para otro, ya que el antojo o la necesidad de un alimento está mediada por factores emocionales, hormonales y fisiológicos, que provocan la necesidad de consumir alimentos dulces o con cantidades de energía apreciables.
Los alimentos chatarra, advierte, tienen estas características. Proporcionan energía, pero con un valor nutricional muy pobre; es decir, carecen de fibra, vitaminas, minerales, proteínas y sólo aportan hidratos de carbono y/o grasas. Esto no significa que no se deban consumir, sino que se debe limitar su consumo para evitar mayores riesgos a la salud.
Para controlar el antojo a comida chatarra, Karen Czacki te da cuatro sencillos consejos:
- Identifica si se trata de hambre o antojo. Hambre es la necesidad fisiológica de comer y esto ocurre tras varias horas de haber ingerido el último alimento. Antojo se refiere a la necesidad específica de consumir cierto producto. Una vez identificado si se trata de hambre o antojo, podemos tratar de controlar la necesidad de ingerir ese alimento; o bien de comerlo con conciencia y moderar su consumo.
- Bebe agua. Antes de ingerir alimentos chatarra procura consumir dos vasos de agua natural; esto ayudará a no excederte en o que te comas.
- Frutas y verduras. Antes de ceder a los antojos, ingiere verduras y frutas crudas; su aporte de fibra ayudará a dar sensación de plenitud y favorecerá para reducir la porción del antojo.
- Snacks por semillas. Cambia las colaciones o snacks por alimentos saludables; las semillas y frutos secos son una excelente opción. Aportan fibra, vitaminas, minerales, proteínas y tienen sabores muy agradables.
Recuerda que el secreto está en la moderación y el objetivo será cambiar los hábitos para mejorar tu calidad de vida: come 5 veces al día y prefiere snacks saludables.
“La comida chatarra”
Potencialmente, todos los alimentos son perjudiciales para la salud si se excede de su consumo, pero los que se consideran comida basura lo hacen en mayor medida por necesitarse menores cantidades para producir efectos adversos o por consumirse en mayores cantidades, dada su facilidad de consumo ó el uso social de su consumo (ligado a formas de ocio).
También puede ocurrir que determinados grupos de población, o los que padecen determinadas enfermedades previas, sean más sensibles a sus efectos. Suele relacionarse el consumo de comida chatarra con la obesidad, las enfermedades del corazón, la diabetes del tipo II, las caries y la celulitis.
La comida chatarra brinda al consumidor grasas, colesterol, azúcares y sal, mientras que una comida saludable debe proveer fibras, proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales necesarios para el rendimiento del cuerpo.
Los restaurantes de comida rápida brindan desde luego este tipo de comidas en sus menús, pero además las cadenas de supermercados también ofrecen al mercado dicha comida basura en sus cajas y en la mayoría de sus ofertas en forma de ofertas debido a la mercadotecnia.
Diversas investigaciones sobre procesos socioculturales y nutrición nos pueden ayudar a comprender este fenómeno, pues se enfocan en los procesos de cambio a gran escala, como la globalización, modernización, urbanización, los cambios en el rol de la mujer y los cambios tecnológicos, para entender cómo estos procesos afectan la comida y la nutrición.
Las características económicas, culturales y políticas de un país tienen estrecha relación con su forma de alimentarse. Por eso es importante considerar la influencia de estos factores en la nutrición, ¿El índice de obesidad en los niños de dicho país y de otros influenciados por el mismo, disminuiría? Además, el predominio de la obesidad ha incrementado mucho, a pesar de un aparente disminución en las porciones de calorías consumidas, como la grasa, en la dieta de los niños de México y los Esyados Unidos.
Sin poder afirmarse que la obesidad y sus enfermedades consustanciales sean causadas únicamente por la ingesta de comida basura, sí cabe afirmar que es el factor principal del actual problema de obesidad infantil o del agravamiento de otros problemas de salud pública al que se suma esta mala práctica nutricional.
Una ingesta considerable de comida chatarra (por ejemplo, hamburguesa con queso, patatas fritas o frituras de maíz, bebida azucarada y postre edulcorado), puede contener 9200 kJ (2200 kcal), las cuales, a una tasa de 350 kJ (85 kcal) por cada 1.5km, requerirían una maratón para ser quemadas y no almacenarse en nuestro cuerpo en forma de grasa.
La sedentarización de los hábitos de vida en combinación con este tipo de mala alimentación incrementa notablemente sus efectos perniciosos para nuestra salud.