Aunque muchos hablan de lo inconveniente que puede ser el pelo de las mascotas para personas con asma, estudios recientes señalan que las familias con un perrito –o varios- , tienen menos posibilidades de que algún miembro desarrolle dicha enfermedad. La clave está en la diversidad del microbioma en el hogar, un conjunto de microorganismos que interactúa tanto con los habitantes humanos y animales.